En los brazos de Morfeo.

No es que me haya cambiado de acera y un negro con abrigo de cuero y gafas de sol me haya invitado a irme con él (y a consumir pastillas). El hecho es que he programado la publicación de esta entrada y cuando se publique ya estaré durmiendo.

Morfeo es, en la mitología griega, el Dios de los sueños y se le representa como un joven con alas que le permitían viajar a donde fuera e inducir el sueño a los mortales e incluso a los Dioses. Es hijo de Hipnos (el sueño, que no los sueños) y de Nix (la noche) o Pasítea (la belleza, una de las tres gracias), los cuales tuvieron otros 999 descendientes que formaron los "Mil Oniros" cuyo cabecilla era Morfeo. Este último y dos de sus hermanos eran los que se encargaban de dar forma a los sueños: Fobetor creaba los animales, Fantaso los objetos y Morfeo los hombres pudiendo adquirir él mismo forma humana y, como le hizo saber Zeus, relevar secretos de los Dioses a los mortales, cosa que le costó la vida.